Toda mi vida crecí pensando una cosa… hasta que apareció una llave que me demostró lo contrario…
Desde que soy chica fui de tener novio… mi primer novio lo tuve a los 3 años y así continué toda mi escolaridad, tanto primaria como secundaria, siempre estuve de novia, hasta el momento, en que estoy felizmente en pareja desde ya hace varios meses con un chico increíble…
Pero también desde pequeña estoy “fascinada” por una chica… de la tele, claro. Cuando la veía siempre decía “mirá! Me parezco a ella!”… es que uno cuando es chico no se da cuenta de las cosas que realmente pasan… Decía que le quería poner su nombre a mi hija, cuando la tuviera, y que quería ser como ella… Desde que la vi la seguí por todos los programas en donde trabajó y es como que esa “fascinación” fue creciendo… Hasta que el año pasado me di cuenta de que era más que solo fanatismo… Pero en realidad todo empezó cuando llegó Ella… pero para explicarlo mejor tengo que volver al tema de mi novio…
Cuando yo lo conocí a mi novio supe que había algo entre nosotros, una cierta química… pero él no parecía verlo, me le declaré una vez y él me rechazó, pero sin embargo me histeriqueaba, me miraba, y me hacía sentir que a pesar de todo él quería estar conmigo, por eso seguí, hasta que nos hicimos amigos y definitivamente pasó lo que tenía que pasar… una noche, una fiesta, un beso cambió todo… nos enamoramos y es el día de hoy que seguimos juntos, pero claro, con el amor vienen muchas otras cosas a cuestas… los celos es una. Y ahí es cuando se conectan las dos historias… Ella siempre fue muy demostrativa con todos (con demostrativa me refiero a que abrazaba al mundo, se les tiraba encima y cosas por el estilo), pero no por mala o porque les tenía ganas (eso recién ahora me doy cuenta), sino porque Ella es así, y lo hace con todos, pero yo me moría de celos porque lo abrazaba a él (cuando antes yo no podía) y a mí se me había metido en la cabeza que le tenía ganas… y no sé si le pasa a todas, pero yo cuando me hago la cabeza con algo no me lo puedo sacar en un largo tiempo, y era hablar las 24 horas de Ella, de que había hecho, que había dicho, era Ella, Ella y Ella. Sin embargo, mi novio nunca me dio motivos para que yo le tuviera celos, es más, desde que me puse con él se alejo completamente, a pesar de que se llevaban bien, pero yo seguía emperrada con mi idea de que le tenía ganas.
Llegó el verano y pasé cada día con él, mis celos fueron cesando, y la confianza con mi novio fue aumentando, y hablando de boludeces salió el tema de Ella, en donde le confesé que en realidad me caía bien, que si no “tuviera que odiarla” (por mis celos, los cuales ya no existían) me gustaría mucho ser su amiga, y así era, me caía, y me cae, muy bien…
Un día por “X” motivo, varios compañeros se tiraron sobre Ella por algo que hizo para ayudarnos a todos, pero que a muchos les cayó mal, lo cual me pareció totalmente injusto así que yo me metí y salté a defenderla. A las horas ella me agradeció por escrito y ésto me produjo algo distinto a lo que me produciría el agradecimiento de cualquier otra persona… y ahí es cuando empecé a sospechar que algo distinto pasaba…
A partir de entonces no me la pude sacar de la cabeza, pero ya no como solía ser, por esos celos que me carcomían la cabeza, sino por algo más, es entonces cuando empecé a dudar sobre mí, fue ahí cuando empecé a sentir que ya no era la misma que solía ser… fue en ese momento que me di cuenta que esa chica le había dado un giro a mi vida… y que comencé a preguntarme, ¿Quién soy yo realmente?